Quisiera iniciar esta conversación haciendo una invitación a desafíar los lugares comunes sobre los alcances de la palabra Cultura, presentando una de las apuestas centrales del trabajo del doctor Victor Vich: Desculturizar la Cultura. Para comprender de qué se trata esa propuesta, Vich (2021) señala que «urge una Gestión Cultural que entienda la Cultura de otra manera y que sea capaz de movilizarla muy fuera de sus circuitos tradicionales, apostando por involucrarla en problemáticas supuestamente ‘no culturales’». Entonces, en esta entrada explico de qué otras maneras se puede entender Cultura, con el propósito de ir vislumbrando cómo el campo de la Gestión Cultural puede movilizarse más allá de sus circuitos tradicionales; y cómo la naturaleza de un(a) Gestor(a) Cultural puede contribuir a encontrar soluciones a problemas aparentemente ‘no culturales’.
Desenmarañando la Cultura…
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La Cultura necesita una nueva perspectiva que amplíe y aclare su comprensión. Vich (2021) dice que «… no podemos continuar conceptualizándola desde el ‘aura’ de las artes o desde el campo de los objetos o prácticas simbólicas socialmente valoradas» y añade que se debe «entender la cultura como modo de vida, como vínculos humanos, como hábitos asentados en la cotidianidad más ordinaria».
Para reconocer por qué estoy conectada con esa afirmación, comienzo tomando como norte la definición de Cultura que hace la Declaración Universal sobre Diversidad Cultural de la UNESCO (2001), definición que acoge la Ley 397, la Ley General de Cultura de Colombia y de la cual se deriva toda la legislación colombiana de nuestro sector:
“La Cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias“
En virtud de esta definición les propongo comenzar a deshilar esa maraña con un ejercicio muy sencillo: separemos en tres grupos las palabras que aparecen allí, para luego volverlas a integrar. Entonces, por un lado agrupemos los rasgos intangibles (los que no son visibles a nuestros ojos o no se pueden medir fácilmente); por otro lado, agrupemos lo tangible (lo que podemos ver y medir fácilmente); y finalmente lo que nos resulte híbrido, es decir, esos rasgos que tienen tanto de intangible como de tangible.
Grupo 1. Los Intangibles
Espiritualidad, intelectualidad, afectividad, valores y creencias. Cuando observamos este conjunto, es posible reconocer que son rasgos que se forman y son formados en y por una mentalidad. La mentalidad es una forma de pensar, enjuiciar la realidad, producto de la interacción y el sentido que emerge del conjunto de creencias y costumbres» (Oxford, 2021). Entonces, teniendo en cuenta que la cultura se gesta, emerge y legitima de manera colectiva, a este tipo de mentalidad que comparte e identifica a una comunidad, la llamaremos mentalidad colectiva.
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Grupo 2. Los Tangibles
Las artes y las letras son aquellos instrumentos concretos por medio de los cuales la parte intangible de la Cultura logra interactuar con la realidad. Así como nuestro cuerpo es el vehículo con el que comunicamos, expresamos, materializamos y reproducimos lo que pensamos y creemos; las artes y las letras son el vehículo que la Cultura encontró para comunicarse, expresarse, materizarse y reproducirse en la realidad. Si el cuerpo es a la mente, lo que las artes a la cultura, a este grupo de lo tangible lo podemos reconocer como parte del cuerpo colectivo.
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Grupo 3. Los Híbridos
El último grupo, el de los mezclados, pertenecen a una categoría que se instala justo en el punto intermedio entre lo intangible y lo tangible y desde dónde se trenza el arte de convivir: los modos de vida, las maneras de vivir juntos, las costumbres -o las tradiciones. Es en este punto de convergencia donde se gestan «los vínculos humanos y se crean los hábitos asentados en la cotidianidad más ordinaria» (Vich, 2021), desde donde emergen las formas de organización y participación social que median las relaciones de poder legitimadas por una comunidad.
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Quizá sea por esto que al hablar de Cultura haya sido habitual la imagen de una trama: ese tejido que se teje y se desteje, que se mantiene o que se puede transformar, para dotar de sentido los modos en que nos expresamos, manifiestamos y organizamos en comunidad. Por eso, para INDIGOcultural…
“Cultura es
nuestro marco común,
nuestro sistema de relaciones,
una trama de vínculos
formado entre lo intangible y lo tangible,
donde emerge un modo
de pensar
de expresar
de actuar
y de convivir
en comunidad”.
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Finalmente y con estas claridades, en este punto vale la pena pregúntarse entonces: ¿Has vislumbrado hacía dónde la Gestión Cultural puede movilizarse más allá de sus circuitos tradicionales en los “mundos del arte”? o ¿Cómo y en dónde la naturaleza de un(a) Gestor(a) Cultural puede contribuir a encontrar soluciones a problemas aparentemente ‘no culturales’?
Me gustaría conocer sus opiniones en los comentarios ¿Mi opinión? estará disponible en mi próxima entrada.
Gracias a todos por la lectura, por comentar y compartir.
Autor
Comunicadora y Productora Audiovisual, maestra en Gestión de la Cultura
Comments (18)
Estimada Vivian,
Me parece magnífica tu iniciativa, porque sin tener los datos exactos, me atrevería a decir que cerca del 60 o 70% de los trabajadores activos se encuentran en la micro y la pequeña industria, por lo que tu iniciativa tiene un gran aporte social.
Además la frase: “Está tan de moda el aprender a ‘soltar’ que ahora casi nadie se preocupa por aprender a sostener”, refleja claramente nuestra sociedad de consumo, en lo que se incluyen las relaciones y los sueños, por lo que indiscutiblemente es necesaria una nueva Gestión Cultural.
De pronto un pequeño aporte podría ser, nombrar la relevancia del “Ser o estar consciente” como parte importante de los rasgos “Híbridos” a tener en cuenta, por existimos e intervenimos en la realidad con cuerpo, mente y espíritu, pero en nuestra prisa perdemos continuamente la importancia de estar conscientes en cada instante, y por ello no integramos plenamente nuestra identidad cultural.
Porque siento que la cultura no existe sola aparte de nosotros, sino que es parte de nosotros mismos, y nosotros a su vez, también transformamos la cultura simultáneamente.
En mi vida profesional siempre he intervenido los proyectos, en que he participado o me he inventado, partiendo de un acercamiento hacia la cultura dinámica de los implicados y utilizando las bellas artes como un medio, es decir a pesar de ampliar las fronteras de lo cultural, ejemplo hacia el sector salud, no desvinculó el pasado artístico cultural , creo q el ensamble es posible y efectivo…
Muy bien Viví. Tú blog será una fuente de consulta permanente. Me gusta tu propuesta.
Excelente, tu propuesta Vivían, la gestión cultural debe movilizarse más allá, en espacios o comunidades y empresas micro y pequeñas, en el grupo hibrido; donde cada individuo se sienta cómodo y satisfecho para desarrollarse, donde sienta paz y tranquilidad.
Sobre el segundo interrogante, cómo? llevando estos espacios a las comunidades sociales y empresariales. Que se genere una conexión, que le permita desarrollar mucha creatividad tocar innovación.
Felicitaciones por comenzar a darle vida pública a tu trabajo de los últimos años. Estudiar, entender y fortalecer la cultura organizacional será esencial para poder trasformar a Colombia en una sociedad más productiva, competitiva y equitativa. Te compartiré comentarios personalmente durante mi próxima visita a Colombia.
En un mundo que vive bajo el motto de “Desperate Times, Desperate Measures” y una aceleración digital torpe, es bueno que nos topemos con esta reflexión hecha por Vivian Gagliani en donde nos plantea un interrogante válido y hermoso. ¿Has vislumbrado hacía dónde la Gestión Cultural puede movilizarse más allá de sus circuitos tradicionales en los “mundos del arte”? Definitivamente no es hacia ese averno llamado CONTENIDO y tampoco hacía la MONETIZACIÓN voraz en la que algunos ven el triunfo del arte. Comunidad, tejido, integración. Más que palabras claves son la verdadera razón de ser para mantener la cultura. Esa llama antiquísima que se resiste a ser apagada.
Tengo para decir que me encanta lo concreto del análisis, sin embargo, siempre tengo la pregunta acerca del detalle de lo cultural…..qué de lo espiritual? Qué valores? Siento que algunos de éstos conceptos han sido satanizados…el tema de lo virtual, destiñe lo concreto que planteas., no crees? Por otra parte, me encanta tu propuesta de análisis que comienza a dar luces sobre el detalle de lo cultural!! Quedó pendiente!!
¡Hola! Acabo de leer tu artículo y realmente me parece pertinente en estos tiempos en los que muchos disfrutan, copian y no proponen. Siempre he considerado que la cultura es un elemento que tiene un gran poder pero siempre es subestimado por la falta de entendimiento de su dimensionalidad. Es por ello que el trabajo del gestor no debe limitarse a simplemente a su función laboral, sino que debe atreverse a conocer y explorar otros ámbitos que le rodean para convertirse en un ser íntegro, ser una araña que teje esa maraña, y no simplemente la navega.
Excelente y necesaria introducción para un tema aparentemente fácil y cotidiano, pero lamentablemente muy mal interpretado y abordado por la sociedad en general. Mi más profunda admiración y respeto por esta iniciativa.
Apreciado Luis Carlos. Te agradezco mucho el comentario y tu aporte a la reflexión. Con respecto a lo primero (la cifra de microempresas en los sectores cultural y creativo del país), tu intuición está muy cerca de la verdad: de acuerdo a los datos de la Cuenta Satélite de Cultura, de las Cámaras de Comercio y diferentes publicaciones realizadas por la revista Portafolio, esa cifra oscila desde 2015 entre el 92 y el 94 por ciento. Una pregunta sobre el aporte que haces de “ser o estar consciente” ¿por qué crees que estaría en la categoría híbrida y no en la de la mentalidad? Finalmente, usando tus palabras, definitivamente es necesaria una “nueva gestión de la cultura” que visibilice, de su lugar y no marginalice los aportes que cada persona hace no solo en un emprendimiento, sino en la vida de otro. Allí comenzaría un auténtico ejercicio de la gestión cultural para contribuir a esa “cultura de paz” que anhelamos como país.
Apreciado José David: efectivamente los escenarios del gestor cultural no deben desvíncularle del arte ¡ni más faltaba! todo lo contrario. Más bien es como tú lo dices y haces… llevando el arte como mediador de procesos en otros sectores. Gracias por participar en este espacio y por el ejercicio de tu vida creativa y artística ¡Bienvenido siempre eres!
Querida Rubiela: Muchísimas gracias por el comentario… palabras más que halagadoras, me inspiran y comprometen a mantener el interés y el gusto en cada cosa que haga. Por supuesto, siempre bienvenida a este espacio virtual y al presencial también.
Apreciado Edwin: Que una empresa, que un proyecto “nos haga sentir cómodos y satisfechos para desarrollarnos, y se sienta paz y tranquilidad” implica un ENORME cambio cultural, sobretodo en la mentalidad ¿no crees? Tremendo reto el que nos dejas ¡Gracias por participar!
Apreciado Medardo… desatar la conversación o el número de conversaciones necesarias para que entre muchos *entendamos* de lo que nos hablas, es otro de esos enormes retos por delante. Hay sectores más familizarizados que otros con ese entendimiento. Como siempre, espero tus comentarios durante tu próxima visita a Colombia.
Apreciado y admirado Carlos: Ante un comentario de esta magnitud, lo único que puedo estar es agradecida por condensar, aclarar y revelar la intención esencial de toda esta travesía. Es un “spoiler” de los que se disfrutan.
Querida Elcira: Me encanta encontrar preguntas y cuestionamientos. Pero, antes de contestar, quisiera aclarar hacia dónde podríamos encausar las respuestas. Por ejemplo, cuando hablas del “detalle de lo cultural” en tanto los aspectos relacionados con lo espiritual y los valores, preguntas por ¿el detalle sobre el tipo de espiritualidad y de valores? o más bien el detalle de lo cultural estaría en poner en diálogo cómo ha sido satanizada la naturaleza de lo espiritual y de los valores, quizá ¿en lo académico? Y algo que me causa mucha curiosidad es saber como es que “lo virtual” destiñe lo que planteo… ¿Te puedo proponer un Live por IG para hablar de esto?
Apreciado Alex: Gracias por participar de este espacio, al que siempre eres bienvenido. En tu comentario es clara tu propuesta sobre el deber ser de un gestor cultural: por supuesto, más que copiar,”proponer”; abrir escenarios para *entender* su dimensionalidad; sin lugar a dudas “explorar” e integrar”. Porque como bien lo dices en tu frase final, que me conecta un montón, efectivamente también creo que no se trata solo de navegar (aunque navegar y hacerlo bien, requieren de algo más que maestría).
Apreciado Gustavo: Bienvenido siempre tus comentarios, tus aportes y tu valioso espíritu crítico. Responsabilidad y compromiso de mi parte para que sigas paseándote en las próximas entradas.