En defensa de las causas aparentemente pérdidas
“La utopía no tiene nada que ver con soñar una sociedad ideal haciendo abstracción de la vida real: la utopía es una cuestión de la más profunda urgencia, algo a lo que estamos impelidos como asunto de supervivencia, cuando ya no es posible seguir viviendo dentro de los parámetros de lo posible.” Slavoj Žižek
Para reconocer la labor esencial de quien se dice gestor(a) cultural, encuentro en la imagen de un(a) tejedor(a) comunitario(a) una clara respuesta: un ser humano que, junto a otros, cuida las condiciones de su entorno, cultivando tramas de ideas, de lógicas de hacer y de convivir que le permiten ser sostenible en el presente, sabiéndole hacer frente a los desafíos de futuro. Esa es la imagen de mi madre, de la tuya y de quiénes han gestado y parido vida, arte y ciencia. Es también la apuesta de Vich sobre el trabajo que, como vimos en la entrada anterior, se hace desde la gestión.
Sobre el gestor cultural Vich (2021) puntualiza que su labor está dentro de un campo disciplinar que incluye «tanto lo técnico, como lo político; lo dado, pero también lo posible; la realidad, pero además una nueva imaginación política». En ese sentido, reconozco que el trabajo de un(a) gestor(a) cultural es una labor mediadora que teje puentes y abre caminos entre la realidad y lo que él llama «nueva imaginación política».
Desde la realidad
–Que lo asocio con lo técnico o lo dado–: sabemos que la acción del gestor cultural «parte de problemáticas locales, que debe conocer bien la producción cultural existente, sabe elaborar planes transversales de intervención social y debe ser eficiente en su ejecución y evaluación». (Vich, 2021).
@sugitayo37 (s.f.). «Group of people at work meeting». Freepick
Desde la nueva imaginación política
–Lo político y lo posible–, Vich se puede referir a dos cosas que nos invitan a mirar y pensar fuera de la caja: la primera de ellas es optar «por quebrar las formas en que hoy se sutura lo posible a fin de activar nuevos imaginarios sociales» (p.22); y la segunda, a entender lo político como «practicar lo que la política dominante declara imposible» (Badiou, 2006, como se cita en Vich, 2021).
Unknow Artist (s.f.). «People Dancing». Pinterest
Es por ello que INDIGOcultural es una marca que busca gestionar la falta de claridad ante las limitaciones de la realidad; que quiere intervenir creativamente sobre los hábitos y las prácticas cotidianas limitantes; y que se propone activar nuevas formas de imaginar el presente y el futuro. Todo esto para abrir nuevas perspectivas personales y colectivas en la construcción de ese desarrollo sostenible que debemos alcanzar antes de 2030.
@moganji (2019) «Fishes» Instagram + Art2030
Entonces, como gestora cultural comparto la responsabilidad de mediar, de tejer puentes para cocrear circulos virtuosos: nuevas formas de imaginar y crear conjuntamente una realidad huxleysiana, que supere de raíz los ciclos viciosos que, como humanidad, nos han hecho poco sostenibles. Para ello, opto por cultivar la capacidad de trenzar lo visible y lo que no es visible de la cultura para aprender a tejer comunidad, cocreando escenarios para comprender y compartir nuevos horizontes sobre el papel del Ecosistema Cultural y Creativo en la Sostenibilidad.
@adinxtm (s.f) «Back to nature». Dreamstime
Con esto en mente se cierra el ciclo de la trilogía Cultura, Gestión Cultural y Gestor Cultural al estilo INDIGO. Me hace mucha esperanza encontrar sus micro, pequeños, medianos y grandes comentarios. Seguiré este diálogo para construir juntos una auténtica inteligencia colectiva que sepa desenmarañar el enredijo en que se nos ha convertido vivir y convivir; co·construir una inteligencia que nos reconecte con nuestra naturaleza de creación y acción colectiva.
Gracias a todos por la lectura, por comentar y compartir.
Autor
Comunicadora y Productora Audiovisual, maestra en Gestión de la Cultura.
Comments (2)
Desde el título, el artículo es contundente, honesto y necesario! Te plantea la realidad y te da entusiasmo para ir por más
Vivían, muchas gracias por el artículo. Hace todo el sentido! Creo que el rol de gestor cultural tiene una capacidad única de influencia a los demás (desde la sensibilidad, la capacidad estética y artística de cada individuo) para habilitar su búsqueda individual y colectiva (liderada por si mismo) y así aproximarse a resolver lo que se llama la “problemática antropológica”, es decir, el procurar abordar la respuesta al sentido profundo de su vida. Es además un ejercicio desde la libertad y no adoctrinante, a diferencia de otras posibilidades que se ofrecen y que alienan dicha búsqueda. Para el gestor cultural, es también un enorme privilegio y una profunda responsabilidad.